Estas vacaciones Helena ha decidido sin compañía viajar.
Solita porque ella ha querido, solita para poder pensar y soñar.
Extraño, pero ha elegido París
porque nunca había estado
y ya estaba harta de esperar al príncipe azul de los cuentos que no termina nunca de llegar.
El tiempo está revuelto, y han anunciado lluvias y frío quizás,
así que no ha dudado en coger su poncho por si refresca de verdad.
No olvidó las botas de agua porque le encanta saltar
en los charcos como cuando era una niña, igual de apasionada y con la misma felicidad.
Las gafas, para no perderse detalle de lo que París le quiere enseñar,
y en su bolso una libretilla para anotar todo lo que pase por su cabeza
mientras sueña en esta ciudad.
Debes volver a confiar en los sueños que siempre has anhelado,
para luego dejarlos que se hagan realidad.
La vida no te ofrecerá garantías sobre lo que tendrás
pero te ofrece tiempo para decidir qué buscar...
y arriesgarte a encontrarlo
y a revelar algún secretillo que en su senda puedas encontrar.
Helena, sueña lo que tú quieres soñar... anda por donde tú quieras ir... se lo que tú quieres ser.
(fuente: inspirada por pinceladas de internet)
