Pelirrojas hay a montones…
Las caobas, las cobrizas, las de reflejos como el vino,
pelirrojas de gena, de papel de plata o de mechones con gorrito.
Todas coquetas, brillantes y con bien de colorido.
Pero hay otras pelirrojas… las auténticas y difíciles de encontrar.
Son las pelirrojas de verdad,
las que nacen con cara blanquita y con pecas anaranjadas.
Quizás de pequeñas enfadadas por ser diferentes a las demás,
ignoran que son bellas sólo por ser únicas,
son un tesoro de la humanidad…
Sus melenas color de bronce,
son brillantes como el fuego y como el sol
de un color paradigmático imposible de imitar.
Así es Natalia, y así se siente…
feliz y radiante
pletórica está y ansiosa por que llegue,
el día en que coja a su bebé en brazos,
el día en que lo huela y lo bese sin parar,
ese día Natalia será una pelirroja mamá...
resplandeciente de verdad.