Emma tenía un sueño:
quería ser bailarina de ballet como su prima Kiara, su prima de París.
Kiara era una preciosa mulatita de pelo muy largo y muy rizado y de color muy negro,
tan negro como cuando se quema el pan tostado.
A la prima Kiara le encantaba ir a su clase de ballet con su tutú rosa y su profesora, Madame Muriel.
De puntillas, sujeta a la barra, frente al espejo y...
un, deu, trois, demi plié...
un deu, trois, pirouette!